Entre ellos inclusive uno de los más estrechos colaboradores del canciller Shimon Peres, Avi Gil, el ministro de Medio Ambiente Tsaji Hanegbi y hasta la ministra de Educación, Limor Livnat. El ministro de Defensa, Benjamín Ben Eliezer, trató de restar importancia a la amenaza, tildándola de poco seria, pero la ciudadanía en general, no parece tomar el tema a la ligera. El ataque de hace unos días en Gaza, cuyo trágico resultado fue visto como tal también por los israelíes, por la muerte de civiles palestinos inocentes, creó una sensación general de que se avecinan tiempos especialmente difíciles. Y los israelíes saben que los dos blancos mediante los cuales los palestinos ya comenzaron a concretar sus amenazas de venganza, no serán los más representativos. Debido al estricto cierre impuesto por el ejército israelí y la prohibición de entrada a palestinos al país, los potenciales suicidas que intentan perpetrar atentados en las ciudades de Israel se chocan con no pocas dificultades, con lo cual la alternativa de atentados contra vehículos israelíes que transitan -generalmente sin blindaje anti-balas- por las carreteras de Cisjordania, constituyen un blanco más fácil de alcanzar.