Nueve israelíes perdieron la vida, entre ellos tres bebés, y una veintena resultaron heridos en la operación, lanzada por activistas palestinos disfrazados de soldados.
Efectivos del Ejército israelí han arrestado esta madrugada en el distrito cisjordano de Naplusa a 21 familiares de presuntos activistas palestinos, e hicieron volar las casas de varios de los implicados en ese ataque y en otro perpetrado por dos suicidas de la Yihad Islámica el miércoles anterior en Tel Aviv.
En medios del Gobierno israelí se debatía la posibilidad de deportar a los civiles arrestados a la franja de Gaza, decisión que depende del dictamen del asesor jurídico y defensor del Estado de Derecho israelí, Eliakim Rubinstein.
Parientes de los detenidos, la mayoría de ellos de la aldea Tell y del nuevo campo de refugiados de Askar, informaron esta mañana de que recurrirán a ese tribunal en busca de amparo, porque según la legislación internacional Israel no puede desterrarlos.
El Mundo