El mismo reporte, que releva datos de 2003, asegura que la pobreza entre los hogares judíos desciende al 14,6 por ciento. El Banco de Israel sostuvo, también, que el promedio de los salarios es de cinco mil Shekel en las familias árabes, 29 por ciento menos que en las judías donde es de siete mil por mes.
Solamente el 44,2 por ciento de los árabes pertenecen a la categoría de trabajadores de cuello blanco. El restante 55,8 es empleado en la construcción, agricultura, industria y transporte. Entre los judíos, el trabajo de cuello blanco constituye casi el 75 por ciento de la fuerza laboral.
«El problema central de los árabes en el mercado laboral es el bajo nivel educacional, la falta de recursos de empleo apropiados en las comunidades, especialmente en los pueblos, y los obstáculos que encuentran en el sector judío», explicó el Banco.
El desempleo entre los árabes alcanzó, en 2003, el 11,5 por ciento (11,9 entre los hombres y 9,8 entre las mujeres) mientras que entre los judíos fue del 10,6 por ciento (9,9 en los hombres y 11,4 en las mujeres).
Los árabes israelíes, sean musulmanes, cristianos o drusos, constituyen el 16,2 por ciento de la población nacional en edad de trabajo.
Fuente: Jerusalem Post
Traducción: Leila Mesyngier