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Film húngaro, basada en el libro del autor judío húngaro Imre Kertesz, apoyado por la industria israelí

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De acuerdo con las leyes de la industria cinematográfica, un film debe respetar ciertos criterios para ser apoyado financieramente. El director y/o guionista debe ser ciudadano israelí, el 50 por ciento de los servicios deben ser prestados por empresas o instalaciones nacionales y el 75 por ciento de su staff también debe ser israelí.
Un mes atrás, sin embargo, el Consejo de Cine de Israel decidió apoyar una película que no entra dentro de aquellos márgenes. Por primera vez en la historia un film húngaro se hizo acreedor de 1,2 millones de shekels para su producción. Se trata de «Fateless» de Lajos Koltai.
La decisión fue difícil. Ni el director ni el guionista ni ninguno del equipo es israelí. Ninguna escena se filma en suelo nacional y ni un centavo del presupuesto vuelve a los bolsillos de la población.
La película está basada en el libro del autor judío húngaro Imre Kertesz, ganador del premio Nobel de Literatura en 2002. Es una autobiografía sobre el viaje del escritor desde Budapest hasta un campo de concentración cuando tenía 14 años.
Para los húngaros es un tesoro nacional y ya invirtieron cerca de cinco millones de euros en la película, casi el 100 por ciento del presupuesto anual de la industria cinematográfica de aquel país.
«Es inconcebible que Israel no invierta en un film de un autor judío sobre el Holocausto», sostuvo Mickey Tzahar, encargada del contacto entre la producción y el Fondo de Películas de Israel.
Tzahar escribió cartas al ministro de Relaciones Exteriores, a los embajadores, al Parlamento en su búsqueda de apoyo para financiar el film. Finalmente, fue la ministro de Educación Limor Livnat quien la ayudó.
El Consejo decidió incluir, entonces, una cláusula especial como excepción para películas de «interés nacional» que debe ser aprobada, en una instancia final, por el ministerio de Cultura.
La polémica no acabó allí y muchos se preguntan por qué no se crea la figura de coproducción en lugar de proyecto de «interés nacional» que generará conflictos a futuro.

Fuente: Haaretz
Traducción: Leila Mesyngier

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