La Agencia AJN recorrió el kibutz Nir Oz, una de las comunidades más afectadas por el ataque del 7 de octubre de 2023, junto a Martín Finkelstein, sobreviviente de la masacre. Allí vivían Shiri Bibas, con sus hijos Ariel y Kfir, que fueron secuestrados, asesinados por Hamás y enterrados ayer, luego de que su cuerpos regresaran a Israel.

“Dentro de los 25 asesinados esa mañana del 7 de octubre en el kibutz, cuatro eran chicos. Una chica de 13 años y tres chicos más, dos mellizas de 5 años y un bebé de 2 años”, recordó Martín Finkelstein.
“Durante más de 500 días tuvimos la esperanza de que los chicos de la familia Bibas junto con Shiri tuvieran la suerte de estar dentro de los que fueron secuestrados y por algún motivo, que yo nunca voy a entender, ellos consideraron que había que mantener con vida. Pero sinceramente no concuerda con la forma de comportarse de ellos y lamentablemente para la familia Bibas no fue el futuro que les deparó”, agregó.
“Como todos sabemos, fueron asesinados estando secuestrados, fueron asesinados por el Hamás, fueron asesinados brutalmente, lamentablemente son dos chicos y Shiri, que se suman al gran número de gente asesinada en este kibutz. Ayer los enterramos en un cementerio cerca de acá. A pedido de la familia, los tres fueron enterrados en el mismo cajón y están enterrados al lado de los padres de Shiri, que también fueron asesinados esa mañana en este kibutz”, destacó.
Respecto a la casa en donde vivía la familia, subrayó: “Yarden (Bibas, el padre de Ariel y Kfir) volvió, Yarden está con vida. Todo lo que hay adentro de la casa son pertenencias de Yarden y Yarden va a decidir cuando él está dispuesto a entrar y volver. Por supuesto que volver a vivir acá, nadie va a volver a vivir. Todas estas casas las tenemos que reconstruir”.

Finkelstein recordó que cuando empezaron a sonar las alarmas el 7 de octubre de 2023, como estaban todos acostumbrados, corrieron al cuarto de seguridad y esperaron 5 minutos. Generalmente después de ese lapso de tiempo, salían y seguían el día normalmente. Pero esa vez notaron que fue un poco distinto, porque después de la primera alarma, hubo más alertas. De a poco empezaron a entender que eso estaba pasando no solamente en el kibutz Nir Oz, sino en toda la zona, incluyendo el centro del país.
“Lo que no sabíamos es que había que prepararse para lo que iba a pasar. Alrededor de las 7 de la mañana, se empezaron a recibir mensajes en los grupos de los teléfonos del kibutz, con gente en distintos lugares que veían terroristas dando vueltas por el kibutz. Lo que uno siempre tenía en la cabeza es que, si realmente un grupo de terroristas lograba salir de la Franja de Gaza, el ejército lo iba a detener en el campo, como otras veces pasó. Pero que, si lograban llegar al kibutz, creíamos que no iban a ser más de tres o cuatro y que el grupo de civiles del kibutz que está entrenado para para dar la primera respuesta, los podía frenar”, relató Martín.
Lo que la comunidad del kibutz no podía saber en ese momento era que habían entrado 150 terroristas del grupo Nukhba de Hamás, con el objetivo de asesinar y quemar casas.
“En el primer barrio al que llegaron, todas las casas fueron incendiadas. La mayor parte de la gente asesinada esa mañana en este kibutz fue en este barrio. Los cuerpos quedaron acá y a esa gente la reconocimos al día siguiente. Estos 150 terroristas se encontraron con un pequeño grupo de civiles del Kibutz, que salieron a contrarrestarlos y muy rápidamente los asesinaron a ellos también. Lo que todos pensábamos era que tarde o temprano el ejército iba a venir. Cuando empezamos a escuchar disparos por todo el kibutz, suponíamos que eran del ejército, pero lo que no sabíamos es que no había nadie que contrarreste a los terroristas que vinieron. Lo que ellos hicieron después de terminar de asesinar y quemar las casas, fue volver a la Franja de Gaza y traer más terroristas”, agregó el sobreviviente.
En total, en un periodo de 7 horas, entre las 6.30 y las 13.30, por lo que quedó registrado en las cámaras del perímetro, entraron y salieron aproximadamente 1000 terroristas de Nir Oz.
“Empezaron por quemar y asesinar, después secuestrar, saquear casas, robar, llevarse lo que podían, ya sea en la mano o en los vehículos que había acá en el kibutz, automóviles, los carritos que usa la gente mayor o en los tractores que robaron del campo. Cuando el ejército llegó a las 14.30 de la tarde, ya no había terroristas con quién combatir. Los 1000 terroristas que estuvieron acá terminaron de hacer todo lo que querían hacer, de llevarse todo lo que querían llevarse, de secuestrar a todos los que querían secuestrar y asesinar a los que querían asesinar y se fueron. El ejército, la única misión que tuvo era la de sacar a la gente que quedó encerrada en los cuartos de seguridad de las casas, porque con el paso de las horas la única recomendación que recibimos es no abrirle la puerta a nadie”, contó Finkelstein.
“No importaba si hablaba en hebreo, porque muchos de los terroristas hablaban en hebreo. Así que nos quedamos encerrados en los cuartos de seguridad, algunos con poca agua, algunos con poca comida, otros sin agua y sin comida, sin poder salir ni siquiera para ir al baño”, añadió.
Cuando el ejército empezó a sacar a las familias que quedaban en el kibutz, notaron que de las 400 personas que estaban esa mañana en Nir Oz, había solamente 300. Cien personas estaban desaparecidas.
“Con el correr del tiempo, al día siguiente, cuando fuimos a recorrer las casas donde los soldados marcaron que había cuerpos, logramos reconocer a 25 personas que fueron asesinadas acá y el resto estaban desaparecidas. De los primeros 250 secuestrados que tuvo todo el Estado de Israel, que se llevaron a la Franja de Gaza, 75 fueron de acá. Dos señoras mayores fueron liberadas 17 días después, que eran de este kinutz, u otro grupo de gente liberaron en noviembre de 2023. El número fue bajando, pero la relación de gente secuestrada en total con gente de este kibutz, siempre es de un tercio de gente secuestrada de acá. Ya sea viva o muerta”, resaltó.
Hoy en día, de los 59 que quedan en Gaza, 14 son del kibutz Nir Oz. “Nueve sabemos con certeza que fueron asesinados, acá en el kibutz esa misma mañana o estando secuestrados allá y el cuerpo todavía no volvió. Y cinco están considerados vivos. De algunos de ellos, no de todos, recibimos información de los que se liberaron en el último mes, y de algunos no se sabe nada”, puntualizó.
Respecto a su familia, Finkelstein destacó que su casa fue una de las pocas a las que no entraron: “Hubo muchos grupos de terroristas que vinieron, incluyendo mujeres y jóvenes. Muchos de los secuestrados acá fueron llevados por mujeres y jóvenes de la Franja de Gaza. Algunos venían solo para robar. A mi casa no entraron. Yo cerré toda la casa, incluyendo las persianas, para que pareciera que estábamos de vacaciones. No sé si ese fue el motivo que hizo que pasaran a la siguiente casa. En mi barrio estuvieron, fuera de mi casa robaron todo lo que había, bicicletas, mesa de patio, todo lo que se podían llevar, se lo llevaron. Al lado de en mi casa secuestraron y enfrente asesinaron personas”.
“La mayor parte de la comunidad de Nir Oz, de las 300 personas que sobrevivieron, estuvimos en Eilat tres meses y ahora estamos viviendo en Kiryat Gat, una ciudad a una hora al norte de acá. Un grupo de gente venimos todos los días al kibutz, aproximadamente 30 personas, a seguir trabajando y a seguir manteniendo al kibutz, todo lo que tiene que ver con la jardinería o ayudar en el mantenimiento de las casas. La agricultura es uno de los mayores ingresos del kibutz. Y seguimos viniendo para mantener eso, que siga funcionando, porque si no el kibutz pierde el ingreso. Los primeros meses lo hicimos bajo la amenaza de los misiles y con las alarmas cuando la guerra estaba bastante fuerte. Hoy en día la guerra ya no es tan fuerte. Nosotros podemos trabajar hoy en día en todas las tierras que teníamos, incluyendo las que están bien cerca de la frontera”, concluyó.