Itongadol.- Mientras el gabinete se reúne para votar el acuerdo sobre los rehenes, cuatro familiares de rehenes celebran una rueda de prensa en la Plaza de los Rehenes de Tel Aviv.
Einav Zangauker, madre del rehén Matan Zangauker, dice que es lo más cerca que ha estado en 468 días de abrazar a su hijo.
«No podemos permitir que ninguna consideración política arruine esta oportunidad», afirma.
Zangauker, uno de los familiares de los rehenes que ha culpado repetidamente al gobierno de la situación de los rehenes, protestando a diario en los mítines Begin de Tel Aviv, pide a los israelíes que se unan a las protestas y exijan el cumplimiento completo de todas las etapas del acuerdo.
«Este acuerdo nos sacudirá a todos, será duro», dice Zangauker. «Únete a nosotros, mi Matan y todos los rehenes te necesitan con nosotros».
Anat Angrest, madre de Matan Angrest, un soldado de combate que fue herido y tomado como rehén de su tanque el 7 de octubre, señala que el nombre de su hijo no está en la lista de 33 rehenes que serán liberados a casa en la primera fase del acuerdo sobre los rehenes.
«Los que deberían haber encabezado la lista ni siquiera están en ella», dice Angrest. «No hemos convencido al gobierno en los últimos 15 meses de que vuestra sangre vale lo mismo que la de los demás».
El nieto de Oded Lifshitz, de 84 años, que figura en la lista de 33 rehenes, afirma que su abuelo es el único bisabuelo del mundo que permanece secuestrado.
«No creíamos que fueran a pasar 15 meses en los que un bisabuelo fuera rehén y el mundo no le ayudara y el gobierno israelí no le ayudara y rezo para que llegue el momento en que vuelva por sus propios medios y le recibamos con amor», dice Daniel Lifshitz.
Habla de unos 30 rehenes que han muerto en cautiverio en Gaza, y de que este acuerdo llega demasiado tarde para ellos, muchos de los cuales eran amigos suyos y de sus abuelos.
Lifschitz añade: «El domingo comenzaremos una nueva historia de este país, será dura, y les pido que honren la intimidad de las familias de los rehenes».