AJN/Itongadol.- Los líderes de cinco países árabes celebraron una cumbre el martes en la ciudad costera de El Alamein, Egipto, para discutir las consecuencias económicas y sociales del conflicto ruso-ucraniano, así como la cooperación en seguridad energética y alimentaria y otros temas.
El presidente egipcio, Abdel Fattah el-Sisi, recibió al presidente de los Emiratos Árabes Unidos, Mohamed bin Zayed Al Nahyan, al primer ministro iraquí, Mustafa al-Kadhimi, al rey de Jordania, Abdullah II, y al rey de Bahréin, Hamad bin Isa Al Khalifa, en la conferencia, celebrada cerca del sitio de dos batallas históricas entre los Aliados y el Eje en 1942.
Kadhimi, sin embargo, se vio obligado a regresar a Bagdad antes de lo previsto para supervisar las fuerzas de seguridad que protegen las instituciones judiciales que fueron asaltadas por seguidores del político chiíta y líder de la milicia Muqtada al-Sadr, dijo la oficina de prensa de Kadhimi.
Ibrahim al-Assil, erudito en geopolítica y miembro principal del Instituto de Medio Oriente de Washington, dijo que la cumbre en Egipto destaca la ambición de las cinco naciones de fortalecer la cooperación intraárabe, lo que les ayudará a abordar la seguridad regional y los desafíos económicos.
“Los desafíos económicos, y la seguridad alimentaria en particular, se han intensificado después de que comenzó la guerra en Ucrania. Estos nuevos desarrollos hacen que la cooperación en la región sea más importante que nunca”, dijo a The Media Line. Sin embargo, los esfuerzos de cooperación energética preceden a la guerra.
Hasan Alhasan, investigador de política de Medio Oriente en el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de en Bahréin, dijo a The Media Line que una edición anterior de la cumbre se llevó a cabo en 2019 y no incluyó a los países del Golfo que participaron en esta.
“La cumbre comenzó inicialmente en 2019 como una reunión trilateral para fomentar la cooperación económica entre Egipto, Jordania e Irak, especialmente en las áreas de energía y generación de electricidad”, dijo, y agregó que desde entonces los tres Estados han firmado un acuerdo para conectar sus redes eléctricas, para permitir que Irak, “hambriento de energía”, compre electricidad de Egipto y Jordania a partir de 2023.
Otros acuerdos involucran la construcción de un oleoducto para entregar petróleo crudo iraquí a Jordania y Egipto e invertir en proyectos industriales en la frontera jordano-iraquí, continuó Alhasan.
Señaló que gran parte del gas natural que Egipto usaría para generar electricidad sería suministrado por Israel, que recientemente aprobó la venta de cantidades adicionales a Egipto a través de una nueva ruta que pasa por Jordania.
“La participación de Israel entre bastidores podría explicar por qué los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, las únicas naciones árabes del Golfo que reconocen a Israel, se han unido recientemente a la [sociedad] ‘minilateral’”, continuó. Además, los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin podrían ayudar a cerrar las brechas de financiamiento para proyectos de infraestructura de conectividad que unen a Egipto y Jordania con Irak, dijo Alhassan.
La ausencia de Arabia Saudita en El Alamein plantea varios signos de interrogación.
Rachid Chaker, investigador de la Universidad Paris-Panthéon-Assas, dijo en una entrevista con The Media Line: “Arabia Saudita no es parte de esta reunión. ¿Es este un medio para que Abu Dabi mantenga el liderazgo en los asuntos árabes?”.
Assil también enfatizó que “la ausencia de Arabia Saudita es notable”.
Agregó que podría decirse que Egipto es el centro de gravedad en lo que respecta a la cooperación árabe, y esa es una de las razones por las que la cumbre se celebró allí.
Chaker señaló que El Cairo está tratando de retomar su papel como gran potencia regional y la cumbre es una ocasión para reafirmar su influencia en Medio Oriente. Agregó que a la luz del conflicto político de Egipto con Etiopía por los derechos al agua, la cumbre también es una forma de demostrar que El Cairo tiene aliados en la región.