Por Gil Artzyeli*
Israel comenzará el año 2025 con 10 millones de habitantes, de los cuales el 75% son judíos, 21% musulmanes y 4% de otras religiones, entre ellas cristianos, drusos y bahai. Una población pequeña, en un territorio de 22.000 kilómetros cuadrados, menos que la región de Biobío.
Después de más de un año de guerra, los que buscaban nuestra aniquilación están o debilitados o eliminados. Irán está más frágil que nunca, la Siria de Assad desapareció, Hezbolá está fuertemente golpeado y Hamás está en las últimas.
Mientras las dictaduras y tiranías radicales comienzan a caer, el círculo de países moderados que quieren la paz se hace más fuerte.
La economía israelí sigue fuertísima, las inversiones están creciendo, mientras que el sector hightech, que corresponde a más de la mitad de nuestras exportaciones, está más fuerte que nunca. Los gigantes en tecnología a nivel mundial siguen apostando por Israel y han ampliado sus operaciones con los startups.
En los últimos 20 años, nueve israelíes han ganado premios Nobel en Ciencias y este año el quinto israelí fue premiado con el Premio Turing, equivalente al Nobel en computación, y nuestras universidades están posicionadas muy alto en los rankings internacionales.
En esta línea, seguimos fortaleciendo nuestros lazos con Chile, desde el espacio hasta la tierra, con soluciones para manejo de agua, agricultura, seguridad ciudadana y ciberseguridad, además de aportes en innovación y productividad.
En un año marcado por una guerra que no buscamos, los israelíes de todos los credos demuestran su fuerza y resiliencia.
Que 2025 sea un año de paz para todos.
*Embajador de Israel en Chile