AJN/Itongadol.- Irán continúa enriqueciendo uranio mucho más allá de las necesidades para un uso nuclear comercial, a pesar de la presión de la ONU para detenerlo, dijo el jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Rafael Grossi.
Agregó que quiere visitar Teherán el próximo mes por primera vez en un año para poner fin a la “distancia”.
Después de informarles a los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea sobre el tema, el jefe del organismo de vigilancia nuclear de la ONU dijo que si bien el ritmo de enriquecimiento de uranio se ha desacelerado ligeramente desde finales del año pasado, Irán todavía lo está enriqueciendo a un ritmo elevado, de alrededor de 7 kilogramos de uranio por mes, hasta un 60% de pureza.
El enriquecimiento al 60% acerca el uranio al grado de armamento y no es necesario para un uso comercial en la producción de energía nuclear.
Irán niega que busque armas nucleares, pero ningún otro Estado ha enriquecido uranio a ese nivel sin producirlas.
Según un extinto acuerdo de 2015 con las potencias mundiales, Irán solo podía enriquecer uranio al 3,67%.
Después de que el entonces presidente Donald Trump retirara a Estados Unidos de ese acuerdo en 2018 y volviera a imponer sanciones, Irán violó el acuerdo original y fue mucho más allá de sus restricciones nucleares.
Los esfuerzos por revivir el acuerdo han sido infructuosos hasta ahora, con las conversaciones lideradas por Europa suspendidas desde 2022.
Las potencias occidentales se han mostrado reacias a mostrarse duras con Teherán por temor a agravar las tensiones en Medio Oriente, según afirman diplomáticos.
La preocupación por un conflicto regional más amplio se ha agudizado desde la devastadora embestida de Hamás el 7 de octubre y la posterior ofensiva aérea y terrestre de Israel destinada a eliminar al grupo terrorista en la Franja de Gaza.
En la reunión de la Junta de Gobernadores de la AIEA celebrada en noviembre en Viena, Estados Unidos y el llamado grupo E3 -Francia, Alemania y Reino Unido- condenaron la falta de cooperación de Teherán.
A pesar de subrayar que las acciones de Irán habían «sobrepasado unos límites sin precedentes», se abstuvieron de presentar una resolución vinculante.
«El panorama es bastante sombrío, pero el hecho en este momento es que no hay apetito para provocar una reacción en Irán en el contexto de la guerra en Medio Oriente», resumió un alto diplomático el actual punto muerto.
Un informe confidencial de la AIEA mostró que Irán tenía suficiente uranio enriquecido para fabricar tres bombas.
«Es una cantidad considerable, sobre todo si no se utiliza para nada», dijo una fuente diplomática.
Irán ha estado demorando la reinstalación de los equipos de vigilancia de la AIEA, que desconectó en 2022, y también les retiró la acreditación a varios inspectores del organismo.
Según diplomáticos, ocho inspectores de Francia y Alemania se han visto afectados por la decisión de Teherán.
A principios de 2023, otro inspector de la AIEA, un ruso, había sido excluido tras la detección de una modificación técnica en las centrifugadoras que había provocado que el enriquecimiento alcanzara un máximo del 84%.
La prohibición por parte de Irán de la entrada de inspectores experimentados del organismo ha supuesto un «golpe muy duro» a la capacidad de la AIEA para supervisar el programa nuclear de Teherán, según Grossi.