Itongadol/AJN.- Un ex funcionario de la Comisión de Energía Atómica de Israel advirtió que aceptar la demanda de Arabia Saudita de que se le permita construir una planta de energía nuclear como parte de un acuerdo de normalización diplomática con Israel puede crear un precedente internacional peligroso y provocar una carrera armamentista nuclear en Medio Oriente.
“No importará cuántas garantías recibamos de la Agencia Internacional de Energía Atómica”, destacó Ariel (Eli) Levite, quien se desempeñó como director general adjunto principal de políticas en la Comisión de Energía Atómica de Israel de 2002 a 2007, al sitio hebreo Zman Israel.
Según se informa, Arabia Saudita estableció tres condiciones para firmar un acuerdo de normalización con Israel: acceso a tecnología de defensa estadounidense avanzada, como el sistema de misiles THAAD, el establecimiento de una alianza de defensa con Estados Unidos y luz verde para desarrollar energía nuclear con fines civiles.
Para la última demanda, el asesor de seguridad nacional Tzachi Hanegbi dijo el lunes que no se requeriría la aprobación de Israel.
“Docenas de países operan programas nucleares civiles. Esto no es algo que los ponga en peligro a ellos o a sus vecinos”, destacó Hanegbi a la emisora pública israelí Kan, y agregó que el problema sería únicamente entre Washington y Riad.
Levite, el ex subdirector de la Comisión de Energía Atómica, dijo que no había ningún problema con los reactores nucleares para la producción de energía siempre que se mantuvieran adecuadamente. Sin embargo, agregó: “Si ocurre una falla operativa o de seguridad, puede haber una enorme repercusión ambiental. Sabemos esto por varios incidentes en el pasado, como Chernobyl y Fukushima”, dos fugas nucleares graves en Ucrania en 1986 y Japón en 2011.
“Si Arabia Saudita construye un reactor, solo pueden ubicarlo cerca del Mar Rojo, porque un reactor necesita grandes cantidades de agua para enfriarse, y si ocurre un desastre o un ataque terrorista allí, no será un asunto sencillo, tampoco para nosotros, ya que no estamos lejos”, agregó.
Israel también está preocupado por la posibilidad de que un reactor civil se convierta para aplicaciones militares, señaló Levite.
El mayor problema con la demanda de Riad es que “no están satisfechos con los reactores con fines energéticos, sino que también están interesados en un programa de enriquecimiento de uranio. Esta es la parte más problemática y sensible del acuerdo que puede estar actualmente en proceso”.
Si esto sucediera, “hay dos problemas: primero, hacer que Arabia Saudita sea paralela a Irán en términos del desarrollo de su programa nuclear. En segundo lugar, abre una caja de Pandora para los estadounidenses”, advirtió Levite, porque “si se le permite a Arabia Saudita hacer esto, se crea un precedente internacional problemático”.
Otros países de Medio Oriente, como los Emiratos Árabes Unidos, se han comprometido con EEUU a usar sus reactores nucleares solo con fines civiles, renunciando al enriquecimiento de uranio o plutonio, en lo que se conoce como el “estándar de oro de la no proliferación”.
Levite argumentó que las ambiciones nucleares de los saudíes son atribuibles al deseo del príncipe heredero Muhammad bin Salman de establecerse como líder en la región, por delante de los Emiratos Árabes Unidos e Irán.