Itongadol.- El 13 de febrero de 1955, el primer ministro israelí, Moshe Sharett, mantuvo una conferencia de prensa para anunciar que el país había adquirido cuatro más de los fabulosos Manuscritos del Mar Muerto, una adquisición de gran importancia para académicos del judaísmo antiguo y la temprana cristiandad, y un gran golpe de orgullo nacional.
El descubrimiento inicial de lo que luego fueron conocidos como los Manuscritos del Mar Muerto, en referencia la totalidad de documentos y fragmentos de aproximadamente 950 rollos, los cuales datan del período entre el siglo III antes de la Era Común y el siglo I de la Era Común, se hizo en 1946. Fue cuando tres beduinos de la tribu Ta’amra encontraron siete piezas de rollo, las cuales habían estado guardadas por 2.000 años en jarros de arcilla en una cueva en las montañas que están sobre la costa occidental del Mar Muerto, adyacentes a un sitio conocido como Qumran, al norte de Ein Gedi.
Estos reconocieron rápidamente que los artefactos podían tener un valor histórico significativo. Uno de los comerciantes de antigüedades con los que consultaron se puso en contacto con un arqueólogo del Colegio Americano de Investigación Oriental, hoy en día Instituto Albright, en Jerusalem. Esto llevó a que haya una rápida expedición científica que registró un número de cuevas en el área, en búsqueda de otros documentos e información sobre los descubiertos.